2021: optimismo pese a todo

15 de enero de 2021 - Nota de opinión Marita Carballo - Clarín
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El Índice Global de Esperanza para el año venidero elaborado anualmente por Gallup International y Voices! en Argentina muestra que existe optimismo en el mundo para 2021, luego de un durísimo 2020, año en que el Covid se extendió por el planeta.

Este sondeo cubrió 41 países en base a 38.000 encuestas que representan alrededor de dos tercios de la población mundial y concluye que el 43% de los ciudadanos del planeta se manifiestan optimistas pensando que, en términos generales, 2021 será un año mejor para ellos, mientras un 26% cree que será peor.

Los optimistas duplican a los pesimistas. El pesimismo es más alto en Italia y Hong Kong, donde el 57% cree que empeorará y el optimismo es más fuerte en Nigeria, Indonesia, Vietnam e India, donde entre siete y ocho de cada diez ciudadanos sostienen que el año entrante será mejor.

El mismo estudio muestra que si bien hay esperanza de que las cosas en general mejoren en 2021, existe pesimismo en relación a la economía con un 46% que piensa la situación financiera empeorará, frente a un 25% que piensa que habrá mejoría. Estos datos globales son los más negativos de los últimos veinte años y peores que en la crisis financiera del 2008.

Entre los países más pesimistas en lo económico encontramos varios europeos, como el Reino Unido, Austria, Italia, Alemania, Polonia, Suiza y España y también en este grupo están Hong Kong, Argentina y Turquía. Todos estos, con entre seis y siete de cada diez ciudadanos previendo problemas económicos.

Al comparar los resultad globales con los de nuestro país encontramos que Argentina presenta un optimismo similar al mundial en términos generales en relación al 2021 (43% mundo vs. 47% nuestro país). Pero en términos de expectativas económicas, la Argentina es más pesimista que el promedio mundial y también que nuestra región. Así, mientras en el mundo un 46% piensa que 2021 será un año de problemas económicos y en Latinoamérica un 45%, en Argentina esta cifra asciende al 58%.

Sin duda, es una situación difícil y hay esperanza de que con las vacunas venga el fin de la pandemia y, afortunadamente, es alta en nuestro país la predisposición de la población a vacunarse. Pero no hay grandes ilusiones en lo económico. Hay una idea generalizada que la salida va a ser dura y llevará tiempo. Sin duda, la discusión sobre el balance entre la protección de la salud y la economía estará en el foco de la atención global y nacional en los años que siguen.

Pero quizás el dato más relevante es el de la caída en la felicidad. Del análisis de la serie de encuestas de Gallup International en la última década, encontramos en la actualidad los niveles más bajos de felicidad. En 2016, un 77% se manifestaba feliz mientras hoy esa cifra cae al 54% y en Argentina encontramos resultados similares con 77% de personas felices hace cinco años y un 54% actualmente. Es que la pandemia y las cuarentenas han afectado las bases sobre las que se sustenta el bienestar de los seres humanos.

Los estudios sobre felicidad demuestran que la misma está asociada a tres factores fundamentales que hoy están seriamente afectados por el Covid: 1) la calidad de las relaciones sociales y afectivas; 2) el estado de salud y 3) la situación económica personal y familiar.

La pandemia nos ha separado de familiares, amigos y/o compañeros confinándonos a largas cuarentenas, cuando somos seres sociables que necesitamos mucho del contacto humano personal.

Ha causado estragos en la salud física y psicológica de la sociedad, con gran cantidad de muertos y problemas psicológicos como estrés, depresión, ansiedad, miedo, insomnio, agotamiento y trastornos del comportamiento en porcentajes significativos de la población afectando sobre todo a las mujeres, los jóvenes y las personas de menor nivel socioeconómico.

A ello se suma la grave situación económica con caída de ingresos y de empleo y la incertidumbre a futuro.

La situación que estamos viviendo en el país a partir del Covid es inédita y genera una mezcla de sensaciones y estados de ánimo que conforman un nuevo registro, una experiencia de vida que va a dejar huellas en nosotros y en las próximas generaciones.

Pero esta pandemia nos deja también aprendizajes y cosas positivas como:

1) la revalorización de nuestras relaciones personales;

2) una mayor empatía y actitud colaborativa con quienes lo necesitan, que se tradujo en un crecimiento importante del número de voluntarios. Un estudio reciente de Voices! en nuestro país muestra que el crecimiento es aún mayor que en otras crisis como la del 2002 . Vemos que la gente tomo más conciencia de las necesidades del otro;

3) el avance en la adopción de la tecnología por amplios sectores de la sociedad y de las empresas y la toma de conciencia de la enorme brecha digital a resolver. La necesidad de conectividad para todos;

4) la importancia de la ciencia y el trabajo conjunto;

5) la revalorización de los docentes; y

6) cuidado de la casa común, del medio ambiente.

Los temas a resolver son muchos pero lo principal es terminar con las divisiones, con la grieta, y generar empatía entre nosotros. Tenemos un objetivo común y es nuestro país. Debemos ponerlo por encima de otros intereses. La salida debe construirse a partir del diálogo, en un intercambio respetuoso de escucha al otro que genere una acción conjunta y coordinada . De nosotros depende.

Marita Carballo es Socióloga. Presidente de Voices! Miembro de Gallup International.