Debate. El mundo vota: ¿Trump o Biden?

20 de octubre de 2020 - Clarín
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Las elecciones en Estados Unidos tienen un interés global e implicancias importantes para el resto del mundo. En primer lugar, porque se elige al líder de la que es todavía la primera potencia mundial y en circunstancias muy especiales.

Trump es un líder muy criticado internacionalmente. En los últimos tres años, en Gallup International medimos la opinión sobre los principales líderes globales en nuestra tradicional encuesta de fin de año y en todas el presidente norteamericano apareció como el líder con más opiniones negativas.

En diciembre de 2019, entre los 48 países participantes la encuesta obtuvo 58% de opiniones desfavorables, 31% positivas y 11% no respondió. Esta imagen negativa es superior incluso que la de los más controvertidos jefes de estado como el presidente chino Xi Jinping; el de Rusia, Putin; el de Turquía, Erdogan o el de Irán, Rohaní.

Destaca también el alto nivel de conocimiento de Trump a nivel global en todas las regiones del mundo. Por el contrario, los más populares a nivel global fueron Angela Merkel y Emmanuel Macron.

En cuanto a los Estados Unidos, observamos que la grieta que se ha generado abarca todos los campos y se manifiesta en el aumento de las protestas sociales y el nivel de la violencia política.

La polarización es tan grande que los votantes no solo están divididos en cuanto a sus opiniones sobre los candidatos y tienen visiones antagónicas sobre variados temas. La distancia y confrontación entre demócratas y republicanos es tan profunda que afecta incluso las relaciones sociales. Según datos de PEW Research Center, la gran mayoría de los votantes de Trump (89%) sostiene que sus amigos votan al mismo candidato y lo mismo sostienen los de Biden (86%). Esto revela que las opiniones políticas tienden a influir en las relaciones interpersonales en forma cada vez más marcada. Las redes sociales acentúan aún más este fenómeno.

Sobre este escenario proliferan teorías conspirativas respecto a la elección y su resultado. El 43% de los republicanos consideran un problema mayor la posibilidad de fraude en el voto por correo frente a solo 11% de los demócratas. Además, hay una conexión e influencia importante entre los medios que se utilizan y esa creencia. Así entre los republicanos que solo ven Fox o escuchan Talk radio el 61% cree que la posibilidad de fraude en voto por correo es un gran problema vs. 23 % de los republicanos que no usan esos medios.

Y entre los demócratas quienes usan solo CNN, NBC, New York Times o Washington Post el 67% cree que no es un problema mayor vs. 4% que sí lo es.

A esto se suman las fake news en redes sociales que acentúan las posiciones radicalizadas. Este es un enorme problema que afecta al mundo entero. Un estudio de Gallup International a nivel global en 2018 consigna que cerca de cinco de cada diez estadounidenses (47%) manifiestan recibir noticias falsas todos o casi todos los días, un 34% todas las semanas. Se trata de un problema global que está afectando la democracia en todas partes. Así por ejemplo en Argentina las cifras son muy similares.

Por otra parte, es notable que cuando se reclaman cambios en la política los dos candidatos a presidente de Estados Unidos,Trump y Biden, sean hombres, blancos y de edad muy avanzada (74años, el candidato Republicano y 77años, el Demócrata).

Pero hay grandes diferencias entre ellos.

Trump surgió como un outsider que hoy domina con su personalismo al partido republicano. Extrema un discurso confrontativo exacerbando a los sectores más conservadores de la sociedad.

Su discurso de ”America first“ se envuelve en un discurso patriótico. Mantiene relación directa con sus votantes a través de twitter, medio que suele utilizar varias veces al día siendo eficaz en marcar agenda.

Biden es un hombre del establishment de Washington con enorme experiencia política desde 1976 y caracterizado por un estilo moderado. Por esta razón fue elegido como vicepresidente de Barack Obama, a quien secundó los ocho años que gobernó. Biden supo y pudo unir al partido demócrata y su fuerza está en la polarización del voto anti-Trump.

El debate presidencial reflejó el grado de deterioro político del país. Es que hay un cambio de valores que se viene gestando en la sociedad norteamericana en los últimos años.

De acuerdo a datos del World Values Survey se mantiene el acuerdo con que el sistema democrático representativo es bueno (81%) pero ha crecido sistemáticamente el apoyo a distintos sistemas híbridos como la tecnocracia: el tener expertos y no el gobierno que tomen las decisiones creció del 34% en la década de los 90 a 51% en 2019; y la autocracia: gobierno de un líder fuerte que no tenga que preocuparse del parlamento y las elecciones creció de 24 % a 37% y que sea el ejercito el que gobierne el país de 6% a 20%.

En lo que hace a las instituciones, la Justicia se mantiene con niveles de confianza del 58% y esto no ha variado desde los 90 pero el Parlamento ha caído de 46% entonces a solo 15% que confían en la actualidad.

Por ultimo esta elección se realiza en un momento excepcional donde el Covid-19 acapara la agenda Mundial y Estados Unidos es el país con más casos confirmados y cuenta con más de 200.000 muertes. Es un país muy afectado por la pandemia y esto no juega a favor del actual Presidente.

Trump se contagió y sufrió la enfermedad pero no alteró su estrategia electoral sino que la profundizo. Los sondeos muestran hoy una mayor distancia a favor de Biden. En una situación normal la elección ya estaría decida a favor del candidato demócrata pero en esta situación tan singular y con elección indirecta por Colegio Electoral siempre es prudente esperar los resultados.

Marita Carballo es Socióloga. Presidente de Voices, miembro de Gallup International